Finca Prats, gastronomía y relax en Lleida

Dónde: Finca Prats, N-240, Km 102,5, 25198 Lleida

Precio: desde 130€/noche

Historia: ubicado en un espacio tranquilo y sin nada de ruido, entre campos, naturaleza y nada más, se encuentra Finca Prats. El hotel empezó a funcionar hace 8 años, y desde entonces no han perdido ni la excelencia ni el buen gusto en ninguno de los sentidos. Se nota que el hotel es un negocio familiar de la familia Prats, porque cada detalle está perfectamente estudiado y cuidado con mucho mimo.

Local: el espacio es amplio, blanco, y es capaz de hacer que se respire una paz muy difícil de conseguir en cualquier otro lugar. Sin duda nada más entrar, la recepción será de 10 y sin daros cuenta, mientras hacéis el rapidísimo check in, vuestras maletas ya estarán en la habitación, como por arte de magia. Las habitaciones son preciosas, con mucha luz natural, madera y una cama comodísima. Nosotros nos alojamos en la suite presidencial y tenemos que decir, que el jacuzzi que teníamos en la terraza nos robó el corazón. Os recomendamos que durante vuestra estancia no salgáis del hotel, pues ahí lo tenéis todo: desde una biblioteca a un restaurante con una cocina ESPECTACULAR, y obviamente, un spa que hará que os olvidéis de todos vuestros problemas.

Curiosidades: el spa abre de 10 de la mañana a 10 de la noche, y tiene masajes disponibles que son un auténtico lujo. Además, por el hotel iréis encontrando chuches y aguas aromatizadas deliciosas.

Compañía: ideal para ir en pareja, hacer un regalo y quedar como un rey o una reina. Os aseguramos que vaya quien vaya a este hotel saldrá encandilado y totalmente renovado. Además, no hace falta que sea una ocasión especial, cualquier día es bueno para mimarse, ¿no?.

Qué comer: aquí llega el momento de máximo disfrute para nosotros, su restaurante gastronómico. Os prometemos que hacia tiempo que un restaurante no nos sorprendía tanto; escogimos el menú degustación largo de 6 platos con aperitivos, 1 pre postre y postre (110€ con maridaje), la verdad es que aún no sabemos cuál fue el plato que más nos gustó. Si vivís cerca os recomendamos ir a comer aunque no estéis alojados al hotel, porque vale mucho mucho la pena. Y los que sí estéis alojados, queda prohibido no probar su restaurante Blanc.